Muy pocas personas están en sintonía con su salud espiritual, lo que tiene un efecto significativo en el bienestar general de la mente y el cuerpo.
El bienestar espiritual es descubrir un sentido de significado en tu vida, y vivir la razón y el propósito de tu existencia.
La espiritualidad es única para cada individuo. Se puede equiparar con las religiones tradicionales como el cristianismo, el hinduismo o el budismo. También puede manifestarse en el nivel de crecimiento que uno experimenta en las relaciones personales, o en el simple hecho de estar en paz con la naturaleza.
Aquellos que no están en contacto con sus necesidades espirituales suelen experimentar una profunda tristeza, depresión, ira intensa, miedo, ansiedad y pena. Estos sentimientos negativos pueden crear el ambiente para una disfunción de la salud emocional, física y mental.
Las personas que sufren de abuso físico y emocional repetido llevan un corazón herido y roto, como si estuvieran perpetuamente atormentados por las dificultades y dolores de la vida. No se dan cuenta de que su corazón pesado influye en su bienestar o calidad de vida. Negar la profundidad de la angustia sólo agravará la situación y puede conducir a graves enfermedades y afecciones cardíacas.
Estudios recientes han demostrado la conexión entre la depresión y la ansiedad, y el desarrollo de enfermedades cardíacas. Se consideran factores de riesgo iguales al colesterol alto y la diabetes. Según las investigaciones, los pacientes que pasan por una depresión tienen el doble de probabilidades de morir por las complicaciones de un ataque al corazón, en comparación con las personas que no tienen depresión.
Algunos expertos incluso sugieren que la depresión y la ansiedad deberían clasificarse como nuevos factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardíacas.
Las personas que están solas y sin amigos tienden a estar más enfermas, con mayores posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y una menor esperanza de vida, que las que tienen la suerte de contar con un amplio círculo de amigos y otras relaciones que les proporcionan apoyo emocional y moral.
Hace unos años, los científicos descubrieron que la inflamación de las arterias coronarias juega un papel en la obstrucción de las arterias con colesterol. Dos de los más exitosos medicamentos para el corazón, los beta-bloqueadores e inhibidores ACE, trabajan a nivel hormonal, reduciendo la influencia de la adrenalina que se libera cuando estamos alterados, nerviosos o experimentando estrés y miedo. Estas drogas han sido nada menos que milagrosas, reduciendo la incidencia de muerte en un 30 por ciento.
Sin embargo, hay muchos pacientes que no responden bien a las drogas debido a enfermedades tanto emocionales como físicas. Aquí es donde la curación alternativa, como la meditación, la oración o la psicoterapia, entra en juego.
Una de estas terapias meditativas se llama Sufismo, o Práctica del Recuerdo; una antigua práctica espiritual que se originó en el Islam, y es mejor conocida en Occidente a través de la poesía de Rumi. El Sufismo enfoca sus muchos métodos prácticos y efectivos de curación en el corazón con una simple pero milagrosa forma de abrir a una persona a los rayos curativos del amor.
Practicar el Recuerdo es un método de curación tradicional que utiliza una combinación de respiración y sonidos para abrir el corazón a un amor mayor. Lo que recordarán cuando utilicen esta técnica es el concepto de amor.
Para muchos grupos espirituales, el concepto de amor y Dios son intercambiables. Para los sufis, la práctica del recuerdo es la repetición del nombre de Dios en una serie de sucesiones o ciclos. Cada vez que se repite el nombre de Dios, el amor fluye hacia el corazón.
Es este proceso continuo de repetición el que tiene el poder de limpiar el corazón de todas las vibraciones negativas y la pesadez que conlleva. Pero es importante visualizar el amor o el espíritu entrando en el corazón cuando el sonido se repite.